Como bien sabemos los cuentos son
breves narraciones tradicionales que cuentan una serie de hechos imaginarios,
encontrando así diferentes versiones y manteniendo a su vez una estructura
similar, pero con algunos matices. La mayor parte de profesores o incluso los
padres suelen utilizar estos recursos como instrumentos que incidirán en la
construcción tanto de su identidad de género como de su propia personalidad,
aunque dicha influencia no siempre es buena, pues en determinados momentos o
narraciones pueden estar transmitiendo prejuicios, roles y estereotipos
asociados a uno u otro sexo, condicionando así su futuro.
- Ejemplos de sexismo en el cuento popular de Blancanieves:
“Todo en aquella casa era
pequeño, pero más lindo y limpio de lo que se pueda imaginar. Cerca de la
chimenea estaba puesta una mesita con siete platos muy pequeñitos, siete
tacitas de barro y al otro lado de la habitación se alineaban siete camitas muy
ordenadas…”
-Si quieres cocinar, coser y
lavar para nosotros -dijeron los enanitos- puedes quedarte aquí y te cuidaremos
siempre. Blancanieves aceptó contenta. Vivía muy alegre con los enanitos,
preparándoles la comida y cuidando de la casita.”
En el relato tradicional, los
enanos hacen un pacto con Blancanieves, repartiendo de esta forma las tareas de
forma proporcional entre los ambos roles. Sin embargo, en la nueva versión
los enanitos son tachados de seres sucios y desordenados, sin omitir el papel
de Blancanieves como si fuese una criada para ellos, pues mientras ellos
trabajan ella se dedica a realizar las tareas del hogar.
Aunque es cierto que podemos
encontrar algunos ejemplares que pretenden romper con esos tópicos sexistas
como por ejemplo el libro “Las Fieras Fútbol Club”, donde se pretende mostrar
que el fútbol no es solo un deporte de chicos, sino que también puede ser
jugado por el sexo contrario, las mujeres.
Es bastante habitual que en cada uno
de los cuentos podamos encontrarnos con que la figura femenina está ligada a
ser una sumisa y por tanto el personaje más débil, todo lo contrario, a la
figura masculina, pues son mostrados como figuras fuertes que no temen a nada.
Por ello, cuando leemos estos cuentos tradicionales podemos encontrar
innumerables estereotipos como que las brujas son siempre los personajes
malvados, proponen un amor ideal o incluso muestran esa inferioridad de las
mujeres con respecto a los hombres, que son mostrados como los héroes o los
salvadores de éstas.
Para saber si un cuento es
sexista o no, debemos ser muy observadores porque los pequeños detalles, por
insignificantes que sean pueden transmitirnos información, como por ejemplo:
¿el delantal es un uso exclusivo de la mujer?, o mismamente continuando con la
valentía y responsabilidad de los hombres, ¿es único de ellos en los cuentos?, por todo ello debemos
prestar atención, ya que al ser una herramienta didáctica en el aula o incluso
en el ámbito doméstico una buena manera de suprimir estos tópicos o
estereotipos es trabajar con el niño a la vez que lee el cuento, permitiéndole
cambiarlo o modificarlo de la forma que crea más conveniente.
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