1. Tomar un desayuno sano y equilibrado. La nutricionista Andrea
Marqués recomienda ofrecer un desayuno compuesto por
alimentos que sean de absorción lenta, en lugar de uno rico en
azúcares, y aporten una cantidad de energía suficiente durante el
día para mejorar el rendimiento escolar.
2. Controlar las cantidades de azúcar ingeridas. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) revela que la cantidad de calorías diarias
recomendada no debe ser mayor del diez por ciento, ni menor del
cinco por ciento. Desde IMEO advierten sobre el problema de los
azúcares ocultos que aparecen en los etiquetados con los
sobrenombres como: concentrado de zumo de fruta, miel, lactosa,
glucosa, jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa, dextrosa, jugo de
caña, malta, melazas, etil maltol y maltodextrina.
3. Hacer una hora de ejercicio diario y beber mucha agua. Se debe
realizar actividad física deportiva al menos cuatro veces a la semana
durante una hora al día. El IMEO aconseja no obligar al niño a
practicar deportes que exijan demasiado esfuerzo, sino motivarle a
que participe en actividades deportivas y juegos en equipo que
ayuden a la socialización y sean buenos para su autoestima.
4. Pasar menos tiempo delante de una pantalla. Según algunos
estudios, los niños pasan una media de dos horas y media al día
viendo la televisión, jugando al ordenador o a otros dispositivos
móviles. Para mantenerse físicamente activos, al menos durante la
hora diaria recomendada, conviene que dediquen ese tiempo a salir
a caminar, a correr, a nadar o a montar en bici.
5. Enseñar a los niños la cultura nutricional. Rubén Bravo aconseja
darle al niño la cantidad de comida justa y no ofrecer los alimentos
como premio o castigo, ya que podría asociar los dulces como
alimentos buenos y las frutas y verduras como malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario