A través del WhatsApp conocemos cuando una persona está utilizando
la aplicación, cuándo ha sido la última vez que se ha conectado y si ha leído o
no lo que se le ha escrito.
Esto facilita a las personas celosas, controladoras o desconfiadas, realizar este comportamiento. En concreto a estas
personas no les hace falta el WhatsApp para ponerse celosas, pero sin duda la
aplicación es un medio que potencia esta actitud.
Este comportamiento también se repite en la utilización de
cualquier red social (Instagram, Facebook o Twitter). La simple acción de subir
una foto a una de estas redes, dar me gusta a la foto de algún usuario de la
aplicación o empezar a seguir a alguien puede desencadenar un ataque de
celos. A través de estas plataformas
también se potencia las infidelidades de pareja.
Actualmente las redes sociales son parte del mundo que nos rodea y
la solución a estos problemas no es ignorarlas. En cambio, si somos
responsables de como las usemos, por ello no se debe hacer nada en la red que
no harías en persona. Las redes sociales son algo personal e individual.
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Referencias:
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