Hoy en
día, en las ciudades grandes, muchas personas tienen relaciones diversas con
pantallas (televisión, ordenador, móvil…), esto probablemente se deba a la
miniaturización y la portabilidad de estos dispositivos.
Williams
(1974) sostiene que las invenciones de dispositivos y nuevas tecnologías crean
las necesidades una vez que aparecen; en otras palabras, una vez que conocemos
nuevos dispositivos, el deseo de poder tenerlos, conocerlos o, al menos,
utilizarlos una vez, se potencia. Es por ello que Martín-Barbero (2003) caracterizó
la contemporaneidad de las grandes ciudades como inmensos ecosistemas
comunicativos. Estos ecosistemas incluyen, como variables fuertemente
intervinientes, a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías.
Internet y las redes sociales
virtuales, tales como Twitter o Facebook, entre otras, han comenzado a ocupar
un lugar cada vez más preponderante en el proceso de socialización y se han
convertido cada vez más en un elemento esencial para la vida de todos.
La expansión de internet comenzó
a darse gradualmente desde la década de los noventa, en la cual se logró cada
vez más presencia en la vida de los niños/as y adolescentes: brindando ventajas
para el rendimiento escolar, el ocio y la socialización, acortando las
distancias y prescindiendo de la presencia física para la interacción. Hoy en
día, disponen no sólo del teléfono de línea para comunicarse, sino, además de
un móvil para mandar mensajes y de Internet para enviar mails, chatear, tener
un blog o estar en una red social.
McQuail (2000) establece que
existen cuatro categorías de gratificación que los medios ofrecen a sus
audiencias:
- Diversión, dado que permite escapar de presiones, del peso de los problemas, un escape emocional.
- Relaciones personales, a través de la compañía y la utilidad social.
- La identidad personal como referencia profesional, exploración de la realidad y el refuerzo de valores.
- Vigilancia como acceso a información sobre el mundo.
Por último, todos los padres y
educadores, deben ser responsables de fomentar el uso de estas tecnologías,
como un complemento de la formación infantil, al facilitar el aprendizaje y la
obtención de conocimientos. Hay que cuidar además que no sean solamente una
ayuda para desarrollar o reforzar actividades mecánicas, sino que favorezcan la
experimentación e impulsen la creatividad como una forma más de adquisición de
conocimiento
REFERENCIAS
Duek, S. C., Enriz, N. M., Muñoz
Larreta, F. J., & Tourn, G. (2013). Juego, redes sociales e infancia: hacia
la definición de nuevos escenarios comunicativos.
De la Torre, L., &
Fourcade, H. (2012). El uso de las redes sociales virtuales en niños, niñas y
adolescentes. Infancias imágenes, 11(2), 69-73.
Fernando Davara (2013). Conocimiento. Las redes sociales y la infancia: ¿uso o prohibición?
VIDEO: Experimento social - los riesgos de nuestros datos
personales en internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario