«Si me saco el hombre y me saco el bollera y me saco la pluma y me saco un ojo
¿qué queda de mí?
Me fui construyendo con metáforas
de otros
y, despojado de todo lo que no me
cuadra,
me quedo flaco y tiritando de frío
ante una estructura que me repele.
Y qué pasa si quiero ser otra cosa
distinta?
Qué pasa si me quiero arrancar esta
mierda que me cuelga
y fabricarme una vagina?
Qué pasa si quiero ser sólo de
carne que sangra,
de carne que se muere si la
aprietas,
si quiero ser algo inútil que no
tenga sentido?
Estoy harto de papel de celofán que
lo recubre todo,
de la profilaxis, de las mentiras,
de las cosas pulidas y brillantes.
.
.
Soy la niña que todo lo quiere,
una insatisfecha perpetua,
alguien en quien no se puede
confiar.
Quiero salvarme.
Que exista un paraíso en el que
sólo entren las perturbadas, las travestis, las transgénicas, las degeneradas.
Quiero que los infieles ardan por
siempre en un infierno
Pero sin sexo y sin llamas.
Quiero venganza, aún no sé de qué.
Quiero salvarme, como toda hija de
vecina.»
Diana J. Torres, Sin título
Performance
El cuerpo de la artista de performance es el soporte de la
obra, su cuerpo se convierte en
la materia prima con que experimenta, explora, cuestiona y transforma.
El performance es un género que permite a las artistas
buscar una definición de su cuerpo y su sexualidad sin tener que pasar por la
mirada crítica masculina.
Al tomar elementos de la vida cotidiana como material de su
trabajo, el
Cuestionan la separación entre el arte y la vida;
establecen una compleja relación entre la audiencia y el artista, y convierten
al espectador en parte activa de su trabajo.
En el performance las artistas se presentan a sí mismas,
convirtiendo su cuerpo en significado y significante, en objeto y sujeto de la
acción.
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