miércoles, 22 de mayo de 2019

Mujer policía


Mujeres y policías: la cuestión de género en las fuerzas de seguridad


“La rubia de ojos claros”: así denominaban a Regina Zonta en una entrevista de la revista semanal La Tecla. Podía tratarse de una modelo, actriz, maestra o ama de casa, porque cualquier referencia al oficio se diluía al reforzarse una sola característica: la propia condición de mujer. Y en ese punto residía la novedad de esta nota publicada el 10 de junio del año 2010. Había transcurrido más de medio siglo desde la incorporación profesional de mujeres a la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Profesional, en el sentido de una carrera con ascensos a la que se accede mediante una formación específica.
Desde entonces –el año exacto es 1947– debieron pasar casi sesenta años para que una mujer llegara al grado jerárquico máximo de la policía bonaerense. Regina Zonta fue promovida por esos días a “Comisario General” (manteniendo, en ese momento, la expresión con sesgo masculino) y fue nombrada responsable de la Superintendencia de Seguridad “Zona Interior”. Desde ese lugar, quedó a cargo de los 12.000 agentes policiales que trabajaban en las comisarías de seguridad del interior de la Provincia de Buenos Aires. Un terreno poco regado por criminalidad de alto impacto social, aunque enmarañado en redes incestuosas donde caudillos locales y autoridades policiales circulan favores, gobiernan actividades ilícitas y administran cajas non sanctas. En la cima de todo eso, una rubia de ojos claros.


Es el día a día al que se tienen que enfrentar las mujeres, a las que a pesar de ocupar altos cargos o conseguir grandes cosas solo se las reconozca por ser guapas...

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