lunes, 13 de mayo de 2019

Características de la violencia de género



Agresiones físicas: La violencia de género no suele comenzar con agresiones físicas sino con comportamientos de control, dominación y abuso por parte del agresor sin que, en muchas ocasiones, la víctima o agredida sea consciente de esa violencia.
Control a su pareja: El agresor tiene la necesidad de saber qué está haciendo su pareja, donde está y con quién. Como consecuencia, si sus deseos no son cumplidos puede frustrarse y por consecuente tener relaciones agresivas con su pareja o ex-pareja.
Ciberacoso: Con el auge de las nuevas tecnologías, los agresores tienen mucha más facilidad de controlar y de amenazar a la víctima debido a que ésta, como la mayoría de los/as adolescentes, sube información personal (fotografías, vídeos, conversaciones…) a las redes sociales que puede utilizar en su contra.
Aislamiento: El agresor pretende aislar a la víctima de su entorno. Para ello, intentará acceder con las claves correspondientes a todas sus redes sociales y conocer sus relaciones. El agresor irá manipulando a la víctima poco a poco con comentarios como “no te conviene” sin ésta darse cuenta ya que no le dará importancia.
Excusa de amor: Otra característica muy común es que toda justificación que haga el agresor o que intente que su pareja o ex pareja vea tras una discusión lo vinculara con que lo hace por amor.
Arrepentimiento: Después de una discusión el agresor muestra habitualmente su arrepentimiento acto seguido del episodio violento, tratará de recuperar la confianza y, en ocasiones, de culpar a la víctima de su haber provocado su reacción. Asegurará que no volverá a ocurrir pero esto no es cierto.
Dependencia: En la relación existe un vínculo de apego mutuo que es insano, dañino y peligroso para los dos. Ninguno es feliz en la relación. A pesar de que la víctima no encuentre bienestar y se sienta y sepa que está anulada no es capaz de poner límites al comportamiento controlador de su pareja. Esto se puede dar porque no tiene las suficientes herramientas ni madurez emocional.

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