Estar presa en Brasil, se resume en una violación de derechos humanos. Las condiciones de las cárceles son muy duras, a la vez, tienen el poder de arrebatar la libertad a cualquier reclusa quienes carecen de derechos. Hay mucha violencia, malos tratos y torturas, problemas de alimentación, ventilación y saneamiento, así como carencia de servicios de salud y acceso a la justicia. En el caso de las personas extranjeras se agravan las discriminaciones y las diferencias en cuanto al idioma.
Las mujeres encarceladas representan el 7% del total de población presa (40.000 mujeres). A pesar de que aparentemente resulta más sencillo diseñar y poner en marcha políticas públicas para una población menor, las pocas que se aplican al sistema de prisiones no contemplan en modo alguno una perspectiva de género. Los centros penitenciarios fueron construidos en su inmensa mayoría para albergar hombres y después se “adaptaron” para las mujeres.
La Maternidad entre rejas
La cuestión de la maternidad es central en los debates sobre las mujeres encarceladas. Según la legislación, el tiempo mínimo que el bebé debe permanecer con la madre para asegurar la lactancia materna es de seis meses. Sin embargo, este plazo mínimo se ha convertido en el plazo máximo. A los seis meses, el bebé es separado totalmente de la madre, sin seguir ningún tipo de proceso gradual para evitar traumas a ambas partes.
Más allá de la maternidad en el período de encarcelamiento, la cuestión de la convivencia familiar es fundamental. El encarcelamiento femenino impacta sobre toda la comunidad familiar. El Ministerio de Justicia de Brasil ha intentado recopilar datos acerca de la cantidad de hijos e hijas de las personas presas y ha tenido grandes dificultades para realizar estos informes, consiguió obtener la información de apenas el 3,34 % de las reclusas del país, lo que deja en evidencia que la convivencia familiar y el apoyo para el mantenimiento de los vínculos no es una prioridad para el poder público. La falta de voluntad política es tan alta que los equipos no están adaptados para las necesidades a las que deberían destinarse.
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