La mutilación
femenina
La mutilación genital femenina es un tipo de violencia y desigualdad
de genero fundamentada en convicciones y percepciones arcaicas dentro de las
estructuras sociales, económicas, políticas y religiosas. Según la OMS, se
puede asociar en una naturaleza socio-cultural, ya que en algunas comunidades
la mutilación genital femenina se hace como parte de un rito ceremonial de paso
a la edad adulta, que fortaleza el sentimiento de las mujeres de pertenencia al
grupo.
La mutilación genital masculina (MGF) es una practica que
origina complicaciones físicas, psicológicas y sexuales, su peligro depende de
la tipología y las condiciones en las que se ejecute esta práctica. La mutilación
genera graves complicaciones médicas: dolor severo, hemorragia y, por
consiguiente, anemia, infección, ulceración de la región genital, llegando a
causar en algunos casos la muerte.
La MGF viola una serie de derechos humanos de niñas y
mujeres, incluyendo el derecho a la no discriminación, a la protección frente a
la violencia física y mental, a los más altos estándares de salud. En África a
partir de la publicación de la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de
los Pueblos y del Protocolo sobre los Derechos de las Mujeres, se hace mención de
la obligación de fomentar la dignidad, la igualdad y los derechos de la mujer. Según
la legislación, estas practicas deben hacerse en centros hospitalarios con intervención
de personal medico y sanitario. Aunque la mayoría tiene esta legislación activa
todavía hay muchos países en el continente africano que no disponen de
normativas al respecto.
En la Unión Europea la MGF no constituye ni una costumbre, ni
una tradición. el Consejo de Europa ha llevado a cabo diversas iniciativas
jurídicas contra la MGF, dejando claro que es una violación de los derechos
fundamentales y una forma de violencia contra la mujer, no justificable ni por
respeto a tradiciones culturales o religiosas.
En España, hay certificación de que se han practicado
mutilaciones. Se quiere erradicar esta práctica, y para ello es necesario
adoptar medidas encaminadas a proteger a las mujeres y a las niñas que se
encuentran en situación de riesgo y a las que ya han sido víctimas de la misma,
castigando a las personas que la perpetran o facilitan.
Si una mujer o niña extranjera tiene miedo a ser sometida a
esta práctica puede optar por solicitar asilo en nuestro país. La resolución
favorable sobre la petición de asilo en España supondrá el reconocimiento de la
condición de asilada con las consecuencias que ello implica en cuanto a su
estatuto jurídico. En concreto, gozan de la protección contra la devolución, la
autorización de residencia y trabajo permanente en España, la expedición de
documentos de viaje e identidad necesarios, el acceso a la educación, a la
asistencia sanitaria, a los servicios públicos de empleo…
Referencias
Marchal
Escalona, N. (2011). Mutilación genital femenina y violencia de género. Actas
del I Congreso Internacional sobre Migraciones en Andalucía, (págs.
2179-2190). Granada.
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