La orientación sexual es una atracción
emocional, romántica, sexual o afectiva que tienen unas personas
hacia otras. Se refiere a los sentimientos hacia otras personas y al
concepto de ellos que tiene uno mismo.
La orientación sexual se va configurando
desde el nacimiento; pero en la adolescencia se perfila (aunque puede sufrir
cambios a lo largo de toda la vida). Lo que ocurre es que la adolescencia es
una etapa llena de cambios, de deseos de experimentar, de conocerse a sí mismo
y de relacionarse con los demás. Este afán de vivir nuevas experiencias hace
que sea una época de, en algunos casos, mayor experimentación sexual. Estas
vivencias pueden ser fruto de un periodo de indecisión, de experimentación
personal, de búsqueda de la propia identidad, etc.
Es por esto que es en este periodo cuando con mayor frecuencia la persona toma conciencia de su orientación sexual.
Tanto la orientación como la identidad sexual se van configurando desde que nacemos, dentro de un proceso de aprendizaje y de socialización. En este proceso de aprendizaje influyen muchos factores: características personales, vivencias afectivas, influencia del entorno (la familia, los amigos, la escuela, los medios de comunicación, etc.).
Es por esto que es en este periodo cuando con mayor frecuencia la persona toma conciencia de su orientación sexual.
Tanto la orientación como la identidad sexual se van configurando desde que nacemos, dentro de un proceso de aprendizaje y de socialización. En este proceso de aprendizaje influyen muchos factores: características personales, vivencias afectivas, influencia del entorno (la familia, los amigos, la escuela, los medios de comunicación, etc.).
Posteriormente hablaremos más en profundidad de las diversas orientaciones que
se identifican ya con nombre propio.
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