Se refiere a la expresión exterior, que
puede ser masculina, femenina o andrógina, para hacer referencia a la
apariencia del individuo a través de sus rasgos físicos, de comportamiento,
gestualidad o vestimenta, entre otros muchos.
La expresión de género no tiene por qué ser fija y estable
en el tiempo, ni tampoco presentar correspondencia con el sexo biológico o con
la identidad sexual de la persona.
Algunas manifestaciones exteriores son innatas
mientras que otras son elegidas y están relacionadas con la propia
personalidad y los gustos de la persona.
Podemos ver así que las expectativas sobre la feminidad o
la masculinidad basadas en la expresión exterior sólo responden a estereotipos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario